
La construcción conjunta de conocimiento puede llegar a compararse con esos caminos en la ciudad o en el campo. La calidad del maestro reside en la forma en la que se encuentra preparado para orientar la formación de ese camino de manera sólida y lo más constructiva posible para el aprendiz. Las rutas del aprendizaje son enmarcadas por la disciplina y forjadas y definidas por la experiencia. Cuando tus pies están acostumbrados a los caminos difíciles, sencillo es aprender y desaprender en nuevos terrenos.
Otro enfoque de ese escenario es el del Jardín Japonés. Joan Jiménez lo comenta como el "Paradigma del Jardin Japonés":
Un urbanista japonés, cansado de la ineficacia de los proyectos que realizaba, decidió proyectar los jardines de las ciudades de manera que, en lugar de diseñar los caminos por donde la gente tenía que pasar, plantaba la hierba en toda su superficie y luego esperaba a ver por donde pasaba la gente de manera natural para diseñar como lo atravesaban, obteniendo así una distribución coherente, práctica y fluida.
Una actitud constructiva frente al entorno. No se trata de por dónde a mí me parece que deben ser las cosas, sino por el espacio en el que más fluyen de acuerdo con lo que he programado para mí y para la gente que me rodea.
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